miércoles, 29 de abril de 2009

De un desierto

Inconmensurables,
manazas de un firme ocre.
Fantásticos puños de la tierra.
Esfumada geometría!

Blanca aguja en equilibrio.
Viento albañil de esferas.
Loca erosión es tu arquitecta
y un cañadón para el reposo.

No existe la piedra oscura,
trasnocha la luna amasando el polvo.
Ha encallado allí el noble verso,
frágil se enrosca la voz de vidrio.

Sol hermano del empedernido cacto!
Dónde escarbo para encontrar la palabra?
La sangre de acorazados siglos asesinos,
ha salpicado, eternamente, todo.

Quisiera dibujar tu aire.
No existe carbón que lo haga.
Con tal torbellino, mis ojos no pueden.
Desmaya e implora minutos, mi alma.

Almohadas cargadas de arcilla,
sin polen para tu sueño.
Lejos queda la desdicha del hombre,
cuando se posa tu cielo en tu suelo.

martes, 14 de abril de 2009

Has visto ya...

...cómo la tarde del sábado, le pone freno al mundo?
...cómo el sol remolonea, buscando no sé qué?
...cómo las nubes, sueltan displicentes, una que otra gota?
...cómo la fiera del humus, parece mansa y corpulenta?

...cómo la tarde del sábado, le pone freno al mundo?
...cómo los niños desordenan sus ojos?
...cómo las aves se adueñan del espacio?
...cómo la coqueta primavera, esconde sus serpientes?

...cómo la tarde del sábado, le pone freno al mundo?
...cómo el retoño, estira el cuello para ver si le contemplas?
...cómo el oro de tus horas es realmente tuyo?
...cómo la bolsa de la brisa, ha quedado vacía?

...cómo la tarde del sábado, le pone freno al mundo?
...cómo el ángel, como vela se consume?
...cómo el dragón exalta, pues su turno le hace guiños?
...cómo la calumnia sonroja arrepentida y sola?

Has visto ya?
Me han preguntado en coro, sabias palomas!

jueves, 9 de abril de 2009

Elsa y Elsa

Desde el ángulo rojo de mi mesa,
entro al salón de tus trabajos.
Me presentas las espaldas del misterio
y entre las ondas de tu pelo,
salen manos, vestidas de arco iris.

El flechazo de tu nombre,
me devuelve silvestres ramilletes
y los negros ojos de una madre ajena.
Vuelve la humedad de sus ladrillos
y la negra silueta de su gato.

Estoy en el umbral de tu acuarela.
No es preciso que te entornes,
pues, no estaré ya!
Estaré trajinando sobre aquel barro,
con un frágil, pero eterno ramillete.

Castiga duro el sol de las siestas.
La noche me ha devorado en la llovizna.
Las sirenas del terror aún resuenan.
Solo su mirada me da un refugio,
solo su silencio es mi paraguas.

Apenas dos silabas! Pero valientes!
Construyo un inquebrantable puente
de un trayecto que solo admite,
tu color, su bondad
y un silvestre ramillete.

jueves, 2 de abril de 2009

Eucalipto

Tenía la amenaza alzada al cielo.
Tenía la amenaza verde en sus brazos
y conseguiría con cualquier viento o brisa,
destruir el cubo en pino de mi casa.

Tenía en su acerado cilindro,
quebradizos pergaminos, en invierno.
Su aroma, divertido y saludable era,
en lo mas fresco del ocaso.

Sus corpulentas serpientes,
me acosaban desde el cielo.
Bastaba un tenue viento
y mis sueños eran de fuego.

Era un disforme faro sin estrella,
soltando temerosos silbidos.
Espantapájaros con nidos.
Tus loros eran ecos del crujido.

Pero un día, reluciendo llegó tu hacha,
formando una cruz con aquel hombre,
de negra y feroz melena.
Sus ojos hicieron temblar la tierra.

Volaron tus primeras astillas.
Apabullados se fueron los vientos.
Aprendí que tu bálsamo era también, tu llanto.
Y que la tierra con él se embriaga.