Anoche, noche de espumones,
te soñé, acorralada y blanca.
Perseguí, lento, tu esqueleto
de luna encarcelada y mineral.
Redonda tu boca de cráter,
vomita una voz gris de metal,
y como serpiente invisible,
te arrastras y miras atrás.
Luna de sal y poetas,
tu cara es blanca y brilla.
perdiste con tus manos ayer,
tus pasos en rumbos obscuros.
Luna presa en el espacio,
solitaria y rodando,
te mira un caballo obrero,
te habla una pena pobre.
Milenarios anduviste,
trotando por las nubes,
luchando, elegante, entre montañas,
sin espadas y sin puños.
... y sigues presa de la tierra,
alimentando mareas,
dando lustre a los jardines,
y a los grillos, inspirando.
10 abril 1986.
sábado, 5 de julio de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)